miércoles, 14 de septiembre de 2011

Sobre las emociones de todos los días...!

Por más alegría y buenas vibras que queramos emanar a diario, no faltará un día o una persona que nos haga crecer entro de nosotros mismos cierto resentimiento, egoísmo y desmotivación. Abajo el artículo "La Mochila Emocional" de Esther Esteban para Inspirulina.com (uno de los sites que he agregado a Mis Favoritos) con un interesante ejercicio. Mi conclusión: Los sentimientos negativos nos dañan más a uno mismo que a quién creemos que lo recibe. (Aunque a veces me cuesta convencerme de esto).

LA MOCHILA EMOCIONAL

Seguramente, como la mayoría de las personas, has sentido en algún momento de tu vida esa mezcla de rabia, dolor, impotencia, desilusión, ira, y frustración con tu pareja u otra persona allegada que es importante para ti. Pero, en vez de comunicarle tu enfado y dolor te lo has guardado y eso te causo un resentimiento hacia esa persona.

Te propongo un ejercicio: Coge una mochila y pon adentro de ella una patata por cada persona a la que le guardas resentimiento. Por una semana lleva esa mochila de patatas contigo a todas partes, estando muy pendiente de no dejarla en ningún sitio o perderla. Observaras que las patatas se ponen mustias y con el tiempo hasta darán mal olor. Sentirás que es bien incomodo llevar contigo esa mochila de peso y mal oliente a todas partes.

Algunas personas, quizás tú seas una de ellas, tienen patatas pudriéndose en su mochila emocional y están pagando un gran precio por mantener el resentimiento por algo del pasado, y como bien sabemos el pasado ya pasó y no podemos hacer nada para cambiarlo. Pierdes tu tiempo y te amargas pensando en que habría sido mejor o diferente si esa persona no te hubiera hecho lo que te hizo. Y, ¿cambia algo? Construyes un muro emocional que te lleva a un estanque de crecimiento personal el cual en muchas ocasiones te impide seguir adelante con tu vida. A menudo, esa actitud te lleva a estancarte e impide que confíes.

¿Y qué logras, cambias algo? Dejas de tomar decisiones por ese sentimiento y en momentos de soledad te encuentras revisando los hechos, y te llenas de dolor y rabia arruinándote ese momento de tranquilidad y paz. Y yo te pregunto: ¿Cuánto tiempo de tu vida dedicas a ese sufrimiento? Diciéndote: “¡Ese culpable que tanto daño me hizo!” Y lo que quieres es que esa persona, sienta el dolor que tú sientes. Y tú sigues sufriendo..., y la otra persona, en ocasiones ni se entera, y si lo hace quizás ya tiene suficiente con su propio dolor, con su propia amargura.

La falta de perdón es un sentimiento poderoso y autodestructivo que nos carcome a diario y al final acaba amargándonos haciéndonos sentir hasta odio con nosotros mismos.

En ocasiones, nos negamos a perdonar porque pensamos que el perdón es un regalo que le damos a la otra persona, pero en realidad es el mejor regalo que nos podemos hacer a nosotros mismos, ya que los que más nos beneficiamos somos nosotros. Perdonar no significa que justificas o apruebas el comportamiento de la otra persona, ni que lo excusas, o te vas a reconciliar con la persona, o vas a olvidar lo que te hizo. ¡No, hay heridas que no se olvidan! Lo que si lograrás con el perdón es liberarte del dolor para seguir adelante con tu vida. Y cuando pienses en la persona o situación que tanto daño te causo, te pondrás triste y quizás hasta llorarás pero no sentirías esa mezcla de rabia, dolor, impotencia, desilusión, ira y frustración que sentías antes.

Admite que estás resentido, identifica la causa de tu resentimiento y empieza tu proceso de perdón, de esta manera te sentirás libre y podrás decir adiós a ese rencor reprimido llamado resentimiento.



1 comentario: